Cursos de Paella en mallorca

Nunca nos gustó quedarnos con el “como hubiera sido si…”.

Siempre nos gustó ver las cosas con nuestros propios ojos, por eso una de las mejores experiencias de la vida es hacer las cosas por nosotros mismos. Probar, experimentar, interiorizar, aprender, como dijo Benjamin Franklin “Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”. No nos gusta vivir de las historias de los demás, sino que nos gusta tener las propias anécdotas para contar. Viajando sucede esto: todo se vuelve inolvidable. Y es que una parte muy importante de viajar es la gastronomía.

Good food = Good mood.
Aquí es donde entran las maravillosas paellas. Para ellas, para ellos, para todos.

Una perfecta combinación fruto de un ritual de aromas e ingredientes que juntos, puestos en un orden determinado y con unos tiempos específicos crean la salivación más pura. Caldo, limón, calamares, gambas, mejillones, pollo, cerdo, aceite de oliva, ajo, tomate, sal, azafrán, perejil… un sinfín de combinaciones posibles.

Un proceso mágico que culmina con una obra de arte deliciosa.

Y es en los viajes, donde tenemos la mente abierta, estamos fuera de nuestra zona de confort donde ajustamos la imaginación a la realidad, vemos y vivimos las cosas como son en vez de pensar como serán. Sentir en primera persona un nuevo enfoque donde los sentidos experimentan algo único, nuevo e irrepetible. Un aprendizaje único que podrá repetirse las veces que sea necesario, pero que siempre será como una primera vez, porque el momento, el lugar, los invitados, el clima, los ingredientes serán diferentes.

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